domingo, 1 de febrero de 2015

La paradoja de la rana hervida.

Debido al sistema interno que tienen las ranas, estas están preparadas para notar cambios de temperatura bruscos que supongan una amenaza, para su supervivencia, en el ambiente. 
Al contrario, las ranas sufren cierto acomodo si el cambio de temperatura se produce de una manera lenta. De este modo, no llegan a detectar el cambio gradual. 

Por lo tanto, modificaciones pequeñas y constantes suelen pasar desapercibidas, para la inmensa mayoría. Pero en el largo plazo pueden tener grandes consecuencias.




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